Te digo que esa mierda es buena, hermano. Yo mismo la he probado...
martes, diciembre 22, 2009
Probando Airbags
Buen susto el que me llevé ayer volviendo a Gijón para pasar las fiestas en casa de mis padres. En algún punto indeterminado de León, con numerosas placas de hielo en la carretera, un coche que iba delante mío decide ponerse a practicar patinaje artístico contra los quitamiedos de la A-6, para terminar cruzado en la carretera totalmente perpendicular. Yo frené e intenté esquivarlo pero es más fácil en los videojuegos que en la vida real al parecer, pero el airbag y el cinturón me libraron de cualquier problema, por suerte. Eso sí, mi pobre coche quedó bastante machacado.
Para toda la gente que tenga que viajar estos días, mucho cuidado. A veces no basta con ir con calma sino también tener cuidado al cruzar puentes y viaductos, donde las placas de hielo son más comunes y totalmente invisibles. Es bastante impactante ver a un coche deslizarse cual tabla de snowboard a 80 km/h.
Como viene siendo habitual en los últimos años, emocionante partido el que se vivió el sábado pasado en la ciudad del Turia, con el Colegio sobreponiéndose al horrible comienzo para terminar con un final de infarto.
Y digo horrible comienzo porque tras 5 minutos de partido el CAU había conseguido dos ensayos transformados y nosotros todavía no habíamos tocado el balón. Parte porque supimos reaccionar y parte porque los valencianos se relajaron un poco, nos hicimos dueños de la pelota inmediatamente y no la soltamos hasta el final de la primera parte. Primero Manolo con su pie, y luego Juan culminando una buena jugada de conjunto, fueron recortando las diferencias hasta llegar a un 14-13 que dejaba todo para decidir en la segunda parte.
Esta vez los que salimos enchufados fuimos nosotros, y tras el saque de centro Manolo mete un drop desde 40 metros que nos ponía por delante, y nos daba aún más moral para seguir presionando. Un poquito de suerte y una buena defensa impedían que el CAU sumara puntos, y nosotros cada vez que entrábamos en campo contrario teníamos oportunidades de anotar que no fallábamos, poniendo un parcial de 17-25 a falta de 10 minutos para el término del partido. Sin embargo, el arreón final del equipo valenciano por poco hace cambiar el título de esta crónica. Con un maul demoledor, consiguen atraer gente de los tres cuartos para un fácil ensayo en el ala, y a falta de 5 minutos y perdiendo de 3, se meten hasta dos veces en nuestra zona de ensayo, con el árbitro estimando que no habían posado. En la melée resultante, vuelven a abrir el balón pero Prechous intercepta y en el contraataque resultante Paco ensaya en la esquina rematando el partido y evitando más subidas de tensión en el banquillo colegial. Una buena victoria que nos acerca a las posiciones de arriba y deja todo abierto para el resto de la segunda vuelta.
"José González y Paco Toledo son los directores de Can Tunis, una película documental que muestra la vida de los últimos meses del barrio de Barcelona. Tras casi tres años conviviendo a diario con las familias del barrio, los directores presentan mañana en el cine Casablanca de Barcelona su película, con el ánimo de no dejar indiferente a nadie.
-¿Cómo se plantearon hacer un documental sobre el barrio de Can Tunis? -Sabíamos que el barrio iba a desaparecer, había un plan municipal para acabar con él y pensamos que sería muy interesante hacer un documental sobre el fin de esta barriada. Es un lugar que tiene muchas historias para contar, desde el negocio de la venta de droga hasta el papel de la infancia en ese barrio. Teníamos claro que no queríamos hacer un reportaje periodístico, porque teníamos la intención de adentrarnos con profundidad a la realidad de Can Tunis. Tampoco pretendíamos hacer una ficción cinematográfica, ni hacer actuar a nadie. Quisimos convertir la cámara en un elemento transparente que mostrara la pura realidad de la vida en el barrio.
-Supongo que sería difícil establecer contacto con los habitantes de Can Tunis... -Eso fue lo más complicado. Nos introducimos en el barrio a través de un contacto, les planteamos la idea de hacer un documental y nos reunimos con ellos para ver qué opciones teníamos. En la reunión nos presentamos con una cámara doméstica y nos sentamos alrededor de una fogata. Al principio nos mintieron porque desconfiaban de nosotros, creían que por nuestro aspecto éramos policías. Pero nosotros insistimos para ganarnos su confianza, les hicimos fotos y vídeos en alguna boda o celebración. La clave fue establecer una buena relación con las mujeres, que en realidad son las que deciden muchas cosas. Ellas controlan la economía doméstica, son las que dirigen en la oscuridad, aunque de puertas hacia fuera parezca que el hombre lo decide todo.
-¿Cuánto tiempo dedicaron a establecer una confianza con la gente del barrio? -Unos 6 meses. Durante ese tiempo íbamos a diario a Can Tunis, algunas veces con la cámara, y fuimos conociendo la realidad del barrio y sus conflictos. Nos ganamos la confianza de varias familias y también de muchos toxicómanos y todos ellos fueron aceptando la presencia de la cámara de una forma natural.
-¿Se plantearon el documental como una opción de hacer denuncia social? -La pretensión principal es presentar una mirada de Can Tunis sin prejuicios, mostrando una realidad en la que conviven historias duras con alegría. Durante los casi tres años de rodaje vimos morir a unas cuantas personas, ves a niños jugar al lado de toxicómanos inyectándose heroína, gente que cambia coches por droga, personas viviendo en pésimas condiciones higiénicas... pero a la vez presencias la capacidad de la gente para tirar adelante y luchar por su vida, además de vivir momentos alegres, como en las bodas y otros festejos. Los espectadores pueden entender todo esto como denuncia social, pero nosotros lo vemos como una necesidad de entendimiento entre personas y etnias distintas.
-¿Dentro de Can Tunis se vivía el racismo? -El racismo es una separación que se crea en base al desconocimiento. Como la comunidad gitana de Can Tunis estaba marginada de la sociedad, ella optaba por distanciarse de la cultura dominante, pues no la entendían. En las primeras semanas de rodaje, cuando comíamos con las familias nos daban vasos y platos de plástico que luego tiraban a la basura, porque les daba asco. Esta situación cambió radicalmente cuando nos ganamos su confianza. Lo mismo les sucede a ellos cuando están fuera de su comunidad, ven a los payos como una comunidad hostil hacia ellos y por eso a veces reaccionan con violencia.
-¿Qué papel jugaba la droga en el barrio? -Tenía mucha importancia, ya que era el motor económico principal del barrio. Entre 800 y 1200 toxicómanos acudían a diario a Can Tunis para adquirir estupefacientes. Eso no significa que todo el mundo fuera narcotraficante, pero sí es cierto que todos los habitantes del barrio tenían un contacto directo con el mundo de la droga, ya sea como espectador en primer plano, como implicado en el consumo o en su distribución. Hasta los años ochenta Can Tunis era un barrio sin apenas recursos económicos. La entrada de la droga enriqueció a algunas familias, pero a la vez las destrozó porque causó muchas muertes y problemas judiciales. La generación que ahora tiene alrededor de 35 años tiene una descompensación de género muy importante porque muchos hombres han muerto a causa de la droga.
-¿Cómo ha acogido la comunidad de Can Tunis el documental? -Están muy contentos con la película que hemos creado. Ven su vida bien reflejada en el film. Eso es un motivo de alegría para nosotros porque justamente era nuestra idea, mostrar la realidad sin calificar a nadie de delincuente ni tener ningún prejuicio. Hicimos un preestreno para la gente del barrio en el que se presentaron casi todos los habitantes de Can Tunis. Durante el rodaje ellos no tenían conciencia clara de lo que era un documental, pero cuando lo vieron en la gran pantalla lo entendieron y les gustó mucho la idea de que sus vidas fueran las protagonistas de una película.
-¿Tras esta experiencia como se os quedó el cuerpo? -Fue una experiencia dura, pero a la vez bonita y muy intensa. Tuvimos la ocasión de conocer a 'Los Chichos' y a los 'Mártires del Compás', que además se prestaron a ofrecer algunas de sus canciones para la película. Nos ha gustado trabajar en este proyecto porque hemos hecho un documental entretenido, que no es pesado ni quiere ser intelectualoide. La gente que lo ve sale conmovida porque ve las diferencias entre la Barcelona del diseño y la dura realidad de uno de sus barrios. Es una película que remueve sentimientos.
Se nos escapó una gran oportunidad el sábado pasado de luchar por los puestos de arriba en la clasificación, tras la derrota sufrida ante el Liceo Francés en el campo del Ramón Urtubi. Un Liceo serio que ejecutó su plan de partido a la perfección, donde nuestras escasas ráfagas de juego no fueron suficientes para desnivelar el marcador.
El partido comenzó con ambos equipos midiéndose, prefiriendo jugar en campo contrario y aprovechar las mínimas oportunidades de sumar puntos pateando a palos en cuanto fuera posible. El Colegio golpeó primero con Manolo pero el nueve liceísta igualó rápidamente. En cuanto pasaron unos minutos enseguida quedaron claros los papeles de los dos equipos: el Liceo dominando la posesión del balón, jugando una y otra vez mauls con su delantera, dándole balones a su 12 para que chocara y vuelta a empezar. El Colegio, por su parte, sufría para mantener el balón y se limitaba a contraatacar y esperar el error del rival para sumar puntos. Si el rival no comete muchos errores, pues lo tenemos crudo. Y así fueron pasando los minutos, hasta que a falta de 5 para el descanso nos quedamos con 13 jugadores y estuvimos sufriendo en defensa un buen rato, pero gracias a un enorme esfuerzo de todos pudimos irnos con el 3-3 en el marcador.
Este intervalo de juego pudo haber sido el punto de inflexión para empezar a jugar más, pero el segundo tiempo fue más de lo mismo. En los pocos balones que teníamos nos faltaba paciencia para romper la línea liceísta, y el rival dormía el partido en cuanto podía con interminables fases de delantera. Mediada la segunda parte, un golpe a 10 metros de nuestra línea de ensayo acababa en maul y cinco puntos para el Liceo, que Manolo más tarde recortaba poniendo un 10-6 en el marcador. El resto de minutos fue controlado por el equipo liceísta, con nosotros atacando desde dentro de nuestra 22 en los pocos balones que teníamos. Al final, en la última jugada del partido, uno de los pocos errores defensivos que tuvimos permitió al ala del Liceo anotar un ensayo que nos dejaba fuera del bonus. Aaarrggh. No fue un mal partido, tuvimos nuestras opciones, pero podemos dar más y no lo demostramos. Nos falta un punto todavía para estar ahí arriba. Ahora una semana de descanso y a la vuelta visita al líder, CAU Valencia.
Una cosa más: Este partido marca el final de 6 jornadas seguidas que hemos tenido partido todos los fines de semana, es decir, jugamos al rugby de manera regular, como tiene que ser. Gracias a la organización de la FER y el maravilloso "calendario" que tenemos, esto ya no se repetirá nunca más en la temporada y ahora empezaremos con los geniales parones de 2 o 3 semanas entre partidos, destrozando cualquier ritmo de competición que se pretenda alcanzar. Que esto suceda en una división nacional del rugby español es un chiste. Una temporada que sólo tiene ¡26 semanas! (4 Oct a 11 Abr) de duración en realidad tiene 14 partidos. Prácticamente salimos a partido cada dos semanas. Cualquier intento de mejora y aprendizaje con 14 partidos de competición en un año es insuficiente.
Soy un estudiante de 26 años que, de alguna extraña manera, ha escapado de tierras holandesas y se encuentra de currante madrileño intentando hacer algo productivo con su vida. Sin conseguirlo, por supuesto.
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